Número de documento 529. Texto manuscrito

Signatura
Carpeta 5/529

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Formato
image/jpeg
Idioma (código)
spa
Extensión
13,6 x 21,8 cm
Titular de los derechos
Seminario-Archivo Rubén Darío
Núm. páginas
[3] h.
Miniatura
https://patrimoniodigital.ucm.es/r/thumbnail/967519
Signatura
Carpeta 5/529
Identificador BUC
ARD/529
Idioma
Español
Europeana Type
TEXT
Europeana Data Provider
Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid
Transcripción de
Texto manuscrito Por países de ensueño Surtidores que se desbordan por arenas de oro donde el sol pone diminutas pupilas fúlgidas, se advierte la retórica flexible del autor de Sagesse, el refinamiento exquisito de Regnier… Es nuestro mejor poeta. En el aire, impregnado de un suave perfume de durazneros en flor se deshacía en languideces infinitas un vals de Osvaldo Cremienza ?. La curva dorada de la playa se extendía en semicírculo. En el seno azul- rosa- glauco de la onda palpitaba un beso dormido que al avanzar en busca de (tachado "la boca ideal que fingía") la playa lejana se desizaba, al encontrarla, (tachado )como un suspiro… Allá, tras los álamos señoriales de una villa escalaba Roma sus Colinas como una princesa cautiva en un inmenso palacio azul de siete maravillosos miradores… Una voz femenil moduló como un gorgeo: J'adore l'indecis, les sons, les couleurs fréles… Era una legión cosmopolita de "touristes": todos jóvenes y ricos, ávidos de vivir, ansiosos de placer y de emociones intensas. Una neurosis medio soñadora y medio romántica los incitaba con la fina ala leve del deseo en busca de nuevos mares, nuevos cielos, nuevos paisajes; de averiguar con afan aventurero el misterio diáfano de las ondas, el derroche luminoso de los ocasos, la verde monotonía de los montes cuyas cumbres ondulaban como serpientes de nieve. Eran los nómadas modernos. Como los rapaces de los cuentos de hadas amaron ante cada paisaje un amor distinto, sintieron ante cada playa abandonada una melancolía diferente. En Sevilla amaron el sol, los toros, los claveles; oyeron el beso sonoro de las castañuelas, se extasiaron ante el cascabelear vibrante de las panderetas, se adormrecieron al rasguear de las guitarras. Entre olés, ebrio de luz y manzanilla, deslumbrados ante el rútil paisaje púrpura y oro aspiraron el vaho.